La vitamina D es necesaria para ayudar a depositar los minerales en los huesos, pero también para activar la catelicidina: un péptido antimicrobial utilizado por el sistema inmunitario para combatir bacterias, virus y hongos. La función de este péptido es agujerear la pared externa de los microorganismos para que su interior gotee hacia el exterior.

Si sufres recurrentemente de candidiasis, herpes, gripes, infecciones de orina o papiloma, o cualquier otro tipo de infección, mira tus niveles de vitamina D con un simple análisis de sangre.

Normalmente los valores aceptados están entre 30 y 100ng/dl (nanogramos por decilitro). Sin embargo, los valores óptimos recomendados deberían estar entre 60—80 ng/dl. Asegúrate de que los tuyos están ahí.