Cuando generamos un pensamiento, se liberan unos pépticos o “moléculas de emoción” (como las definía la Dra Pert), las cuales dan pie a nuestras emociones.

Estas moléculas de emoción rigen todos los sistemas del organismo, desde la digestión hasta la menstruación, válvulas del corazón y sistema inmunitario, por mencionar algunos.

Cuando la energía fluye sin bloqueos, la comunicación entre células, órganos y sistemas se da en sintonía y podemos hablar de salud.

Por el contrario, si reprimimos las emociones, también estamos reprimiendo nuestras funciones orgánicas, dando lugar a posibles enfermedades.