Una vez más vuelvo a hablar de la importancia de la coherencia para nuestra salud.

Cuando una mujer sufre un aborto , ya sea natural o, por el contrario, voluntario, el organismo no deja de sentirse embarazo de inmediato. Se necesitan unos 3 meses para que toda la vorágine hormonal se vaya calmando y volviendo a la normalidad.

Durante este tiempo se genera una “incoherencia” en el cuerpo: por un lado las hormonas siguen elevadas, como en el embarazo, y por otro, el útero ya no contiene el embrión o, en casos más avanzados, feto.

Esta contradicción puede ser desgarradora para la mujer… le puede dificultar hacer el duelo y puede ocasionarle  un sinfín de síntomas y malestares físicos como candidiasis, agotamiento, dolor de pechos, hinchazón abdominal, falta de libido… que no siempre son entendidos ni por ella misma ni por su entorno.

Siempre que se sufre un problema de salud uno debe preguntarse si está viviendo alguna incoherencia en el plano físico, mental y/o emocional. A partir de ahí, tratar de poner la máxima coherencia en la situación o tema… al menos, es importante darle espacio en la conciencia.

En el caso de un aborto, no podemos evitar esos meses de malestar, por eso es tan importante entender esos dos planos en los que se encuentra el organismo, tratarse con cariño, darse tiempo y confiar en la capacidad de nuestro cuerpo para poner las cosas de nuevo en su sitio… no olvides, estamos programados para estar sanos y en equilibrio.