Muchas personas cuando se adentran a hacer terapia lo hacen creyendo que tienen que aprender a ponerse límites a sí mismas.

Por ejemplo, limitarse el picar entre horas; limitarse las horas de estar en el sofá; limitarse la cantidad de comida que se sirve en el plato; limitarse la ingesta de galletas de chocolate de la merienda…

Actuar desde ahí es actuar desde la lucha: el juez o policía (tu conciencia)  controla al rebelde (tu saboteador). Esto sólo funciona un rato.

El trabajo de terapia debe partir no desde el marcarte límites sino desde la protección y cariño hacia ti mism@. No te comes las galletas de chocolate NO porque seas un/a dejad@ o gloton@ y debas marcarte un límite sino porque te quieres y te proteges de una actitud que no te beneficia o de algo que te sienta mal o te ancla en una adicción limitante.

Gran diferencia en el enfoque.

No aprendas a desarrollar tus límites y a marcar más y más  tus polaridades… aprende a quererte más y a cerrar el espacio entre tus polaridades y lucha.

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