No confundas tener el estómago vacío con pasar hambre.

Tener el estómago vacío es algo poco aceptado en nuestra cultura. A la mínima que notamos un poco de “run run” en el estómago, salimos corriendo a la nevera a calmar esa sensación.

Sentir el estómago vacío y no aplacar de inmediato la sensación nos conecta con el instinto de supervivencia, y esto no es malo. Este instinto nos agudiza el organismo a todos los niveles.

No es peligroso, no hay que tenerle miedo a sentir a ese vacío visceral durante un rato, unas horas. Permítete comer con hambre real, no solamente porque es la hora de la comida sino porque llevas rato sintiendo el estómago vacío.

En cambio pasar hambre es otra cosa. Cuando pasas hambre constantemente y no te nutres bien, aparece la debilidad, el malestar, y a la larga la enfermedad.

Son dos conceptos distintos… uno te conecta con tu esencia y el otro te aleja de ella.