No escojas una terapia sólo porque puede tratar tu enfermedad o desequilibrio. Busca una terapia que te trate a ti y sobre todo que sea afín a ti.

Obviamente, si tienes fobia a las agujas no escojas acupuntura! Si no puedes tragar pastillas o tienes un trastorno alimenticio, no escojas la nutrición ortomolecular.

Me encuentro con personas en consulta que escogen la terapia sólo enfocados en el final, en los resultados, y sin plantearse que van a estar meses siguiendo unas pautas y un estilo de vida que tal vez no encaje con ellos… y una vez dentro de la terapia comienzan a tener ansiedad, problemas de adaptación, resistencias y dificultades de todo tipo, pero aún así insisten en seguir en ella. Lo considero un error.

Una terapia no tiene que causar angustia, ni ansiedad. Hacer terapia no es entrar en lucha contigo mism@ ni con el/la terapeuta ni con la vida… todo lo contrario, debe hacerte sentir cada vez mejor. Tiene que ser un proceso placentero, gustoso, tienes que sentir que avanzas y evolucionas positivamente.

No importa qué tan exitosa sea una terapia o un terapeuta, si no va contigo el estilo no te ayudará como esperas. Escoge siempre, tanto en terapia como en la vida, lo que te ayude a avanzar disfrutando y sin causar luchas.