¿Te has planteado como es posible que el sol, que es vital para nuestro planeta y para los Seres que vivimos en él, sea tan “maligno” para nuestra salud?

No te dejes engañar… el sol no es el problema. Toda la vida la gente ha trabajado en el campo y al aire libre, sin cremas de protección solar, y no ha tenido el cáncer de piel que sufrimos hoy en día.

Cuando la industria de la cosmética se une a un concepto absurdo de la medicina convencional, el resultado es: maquillaje con protección solar, sombra de ojos con factor 15, crema de día con protección 30, spray antisolar para el pelo…  la lista es larga.

Que te pongas una crema con protección solar en pleno invierno para ir al supermercado o a la oficina, por miedo a que los 3 minutos de espera en el semáforo, dándote el sol a las 9 de la mañana, te vaya a causar un cáncer de piel… Por favor, no seamos absurdos.

La vitamina D es fundamental para evitar el cáncer en general. Qué contradicción tener que evitar el sol que nos ayuda a producir vitamina D que a su vez nos ayuda a prevenir el cáncer. Algo no encaja ?

El cáncer de piel no lo causa el sol, lo causa nuestro sistema inmunitario debilitado, la infelicidad, la falta de nutrientes, una alimentación desequilibrada, la cosmética llena de químicos, el miedo, el exceso de preocupación… no culpabilicemos al astro que nos mantiene vivos.

Miremos cómo es nuestra forma de vida bajo el sol.