El que hace días publicara un post en defensa del sol y haciendo crítica de cómo se usan los protectores solares en el mundo de la cosmética y sobre el miedo que nos han metido a tomar el sol, no significa que esté diciendo que haya que ir a la playa y torrarse durante 8 horas sin protegerse. Somos humanos, tenemos piel, no pelo ni plumas y vivimos vestidos, por lo cual nuestra piel no está curtida, es delicada. El sol es algo muy potente, tanto, que sin él el Planeta no sobreviviría, nos da vida y por lo tanto tenemos que aprender a vivir en armonía con él, no a tenerle miedo. El sol no es algo que está en el cielo atacándonos! Nosotros somos los que hacemos mal uso de él. El rayo no es un problema, a no ser que te caiga encima, las acelgas no son el problema a no ser que te comas 3 kilos en una sentada. Repito, el sol no es el problema. Hay que saber exponerse a él. Aunque no nos achicharremos bajo sus rayos, su luz sigue bañándonos y produciendo bienestar en nuestro cuerpo. Critico el exceso de protección, el que el poquito rato que podemos estar en contacto con el sol en invierno, cuando vamos caminando al trabajo o a la compra, nos pongamos un maquillaje o una crema con protector solar. Hablo desde la experiencia…. 4 cánceres de piel y mi dermatóloga se empeña en decirme que jamás salga a la calle sin protector solar, ni siquiera en invierno y en días de lluvia. Estoy totalmente en desacuerdo con ella. Mi piel necesita el sol para producir vitamina D para fortalecerse. Me relaciono con el sol con prudencia, igual que camino por la montaña con prudencia o como con prudencia. He tenido basocelulares donde hace siglos no me da el sol. Pasé toda mi veintena y parte de mi treintena en Londres sin ver ni tomar el sol y mis cánceres de piel aparecieron en dos épocas de mi vida de mucho estrés sostenido en el tiempo y poco reconocido. De todo se aprende… y yo aprendí que ni todo es físico... ni todo es culpa del sol.
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