Hay personas que nunca miran sus cacas, pipis, mocos, flujo… sin embargo, todo lo que sale de tu cuerpo te dice qué ocurre dentro de ti.

Acostúmbrate a mirar todo lo que sale de tu interior.

Unas cacas verdosas, pueden indicar, aparte de que has comido espinacas o acelgas, que estás eliminando bilis. Si son amarillentas, puede que tu hígado o páncreas necesite atención. Blancas, y te sientes muy cansad@, tal vez tengas hepatitis. Con mucosidad, tu intestino está irritado e inflamado. Si hay trocitos de comida es que no estás digiriendo bien. Tal vez encuentres parásitos, tipo gusanitos. Sangre, hemorroides, fisuras o incluso cáncer de colon colitis o Crohn. Bolitas, falta de serotonina...

Un pipí muy oscuro, con cacas blancas, posible hepatitis. Si es oscuro, y las heces normales, tal vez estás deshidratad@. Amarillo fosforito, y estás tomando vitaminas B, estás absorbiendo super bien a nivel intestinal. Con sangre, infección de orina. Transparente, sin color, tal vez te estás pasando bebiendo demasiada agua. Con espuma, pérdida de proteína o tal vez vas tan escopetead@ que hasta el pis lo haces apretando y corriendo.

Mocos verdosos, posible infección de las vías respiratorias. Mocos con sangre y sueles tener costras en el interior de la nariz, puede que tengas la glucosa alta o, incluso, diabetes.

Flujo blanco y grumoso, posible candidiasis. Transparente, como clara de huevo, estás ovulando. Verdoso, infección bacteriana. Con un puntito de sangre, seguramente ya has ovulado. Pegajoso, sequedad o posible deshidratación.

Tu cuerpo habla a través de todas tus excreciones. No las ignores.