Quiero hablar de algo que a veces ocurre en consulta.

El otro día le comentaba a una paciente con una infección recurrente, que su cuerpo está programado desde la concepción para la supervivencia. Eso significa que cada minuto del día, durante toda su vida, su cuerpo está trabajando para mantenerse en equilibrio y sano. Cuando aparece, por ejemplo, una infección de orina o una candidiasis recurrente es porque algo está fallando en el organismo. Ya lo dijo el científico Claude Bernard y finalmente lo reconoció Pasteur en el siglo XIX “el agente (el microorganismo) no es nada. El terreno (el cuerpo) lo es todo”.

Hay personas que este mensaje lo reciben como una acusación hacia ellas, se sienten inadecuadas por estar enfermas, y acaban sintiéndose culpables de su propia enfermedad. En absoluto es así, todo lo contrario, este mensaje es liberador, anima a que confiemos en nuestro cuerpo y conectemos con esa fuerza vital que está dentro de cada uno y que jamás va a dejar de estarlo... sólo necesitamos reconectar con ella. Ni siquiera tenemos que aprenderla.

En consulta pido que la persona esté activa en su proceso de curación. Pero estar activo no es solo seguir un tratamiento físico a rajatabla. Estar activo también es controlar el pensamiento, y la confianza en uno mismo y en nuestra capacidad innata de curación.  Pero eso no siempre gusta oírlo.

No puedes aparcar la mente fuera de consulta y dejarla ahí haciendo lo que le de la gana, boicoteando el proceso, el avance. La mente se ha de integrar al tratamiento para que ocurra la curación completa. Lo otro es sólo tratar los síntomas.