Las cándidas tienen una maravillosa función de protección hacia nosotros, ya que se alimentan del mercurio acumulado en nuestro cuerpo.

Nos podemos contaminar de mercurio a través de empastes de amalgamas, pescado contaminado, fungicidas e insecticidas, productos de limpieza y vacunas.

Por esa protección que ejercen las cándidas, no siempre se debe iniciar un tratamiento antifúngico sin antes eliminar el mercurio.
.
i no mejoras tratándote las cándidas, tal vez sea por esto.