O sea, primero aparece la inflamación debido a la falta de nutrientes en la tiroides y luego aparecen los anticuerpos. No al revés.

Cuando la tiroides no recibe suficientes nutrientes, especialmente yodo, su producción de hormonas disminuye, activando la TSH. Esto aumenta el hidrógeno de peróxido produciendo, en algunos casos, inflamación en la tiroides.

La inflamación genera que el contenido de las células destruidas se vierta a la sangre, activando el sistema inmunitario, el cual envía los anticuerpos antiperoxidasa y antitiroglobulina para que limpien la zona.

El tratamiento debe reducir la inflamación, nutrir la tiroides y estabilizar las hormonas... con mucho cuidado de no dar yodo hasta que la inflamación haya desaparecido. Ésta es la dificultad y el éxito del tratamiento.
Este sitio web utiliza Cookies propias para recopilar información con la finalidad de mejorar nuestros servicios, así como el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, supone la aceptación de la instalación de las mismas. El usuario tiene la posibilidad de configurar su navegador pudiendo, si así lo desea, impedir que sean instaladas en su disco duro, aunque deberá tener en cuenta que dicha acción podrá ocasionar dificultades de navegación de página web.
Cómo configurar Aceptar